Dra Angela María Ospina Obando, MD ESP IFMCP
Desde hace varios años vienen aumentando los estudios sobre "Disruptores Endocrinos", sustancias que generan una toxicidad acumulada en el cuerpo. Estas sustancias que han sido analizadas sobre diferentes modelos animales y humanos han demostrado que generan disfunciones a nivel bioquímico y celular. Alterando desde el funcionamiento de hormonas sexuales, como el estradiol; hasta condicionando a la apoptosis (muerte celular) y falla celular, lo que induce la formación de tumores. Por esta razón, diferentes organizaciones como la Comisión Europea del Ambiente han generado alertas y restricciones en el uso de algunas de las sustancias catalogadas como disruptores endocrinos.
Dados los mecanismos de toxicidad de los disruptores endocrinos, uno de los principales cuidados en cuanto a la exposición es el estado de embarazo. Diversos estudios del Instituto Nacional de Salud Ambiental han reportado alertas sobre sustancias específicas como el BPA, los ftalatos, dioxinas, parabenos, perfluorados, entre otros. Estas sustancias han demostrado que pasan barreras que deben ser impermeables, tales como la barrera hemato-placentaria y la hemato-encefálica, las cuales mantienen aislados de sustancias tóxicas zonas como el cerebro y los fetos en gestación.
Siendo de gran importancia la consideración sobre estos últimos ya que son muy sensibles a pequeñas variaciones de la actividad hormonal, tanto por exceso como por defecto las variaciones hormonales alteran el adecuado desarrollo del feto. Así mismo, la acumulación de toxinas en tejidos "distantes" como el tejido graso y los tejidos ricos de colágeno (pelo y uñas), facilita que las toxinas se concentren llegando a niveles que causan enfermedad o que re-circulan dañando directamente las células. Aumentando a través del tiempo la carga tóxica de estas sustancias.
Pero, ¿Dónde se encuentran estas sustancias? ¿Cómo ingresan al cuerpo?
Una de las principales fuentes de ftalatos y parabenos son los productos de aseo personal y el maquillaje. Y a pesar de que hay legislación vigente en Colombia que regula el uso de algunas de estas sustancias en algunos de estos productos, la creciente industria de cosméticos continua poniendo productos en el mercado con estas sustancias. Lo que convierte esto en un problema mayor en el país, ya que la industria crece pero la regulación no recrudece.
En Medicina Funcional, se han identificado variados mecanismos de disrupción endocrina que generan enfermedades tales como la Diabetes, Hipotiroidismo, Cáncer, entre otras alteraciones del metabolismo, el comportamiento y el sistema inmunológico. La Medicina Funcional aborda esta problemática desde dos vertientes, la primera consiste en llamar la atención de los pacientes e inducirlos a dejar de usar los productos que contienen estas sustancias. Y por el otro a quelar o desintoxicar los tejidos con sustancias que atrapan las partículas tóxicas en los tejidos y los sacan por vía urinaria, cutánea o gastrointestinal.
El adecuado drenaje de las sustancias tóxicas sin embargo no logra cambiar la alteración endocrinológica que ya se ha instaurado, sin embargo si mejora el panorama de cómo funciona la glándula afectada y junto con la suplementación adecuada se busca recuperar una funcionalidad. En cuanto al manejo preventivo es fundamental llamar la atención sobre el uso indiscriminado de estas sustancias en embarazadas y niños, los cuales tienen mayor riesgo ante la alteración endocrinológica, dada la alta sensibilidad a pequeños cambios en la función de las hormonas.
Otra forma de protegerse de los diferentes disruptores endocrinos es aprendiendo a leer las etiquetas de los productos de consumo: Jabones, cremas, cosméticos, protectores solares, alimentos procesados y medicamentos. Los productos de consumo que están marcados como "Libres de" son más recomendados. En Colombia, el uso de parabenos está limitado, sin embargo BPA y Ftalatos aún son de libre uso. Se recomienda consultar con su Médico Funcional para limpiar adecuadamente las sustancias tóxicas del cuerpo.