Dra Angela María Ospina-Obando, MD ESP
“Los árboles y las plantas son nuestros aliados. Seremos libres si aprendemos de ellos.” Vandana Shiva
Uno de los procesos de pensamiento fundamentales en la Medicina Funcional es el Árbol de la Enfermedad. Esta es una herramienta didáctica para los Médicos Funcionales en entrenamiento, que encierra en su interior una de las perlas más importantes de esta forma de practicar medicina: Un esquema simple para la comprensión de la relación salud - enfermedad como un proceso continuo .
Como el árbol, la salud - enfermedad tiene raíces: El estilo de vida, la alimentación, la actividad física, el desarrollo del pensamiento, el manejo del estrés, la relación con el ambiente, entre otros factores. Estos generan las bases para el apoyo y alimentación del resto del árbol, determinando su adecuado crecimiento y manifestación, o causando las disfunciones que llevan a la enfermedad.
El tronco del árbol salud - enfermedad, inicia su crecimiento en las predisposiciones genéticas, las relaciones interpersonales y el sistema de creencias. Estas son bases que aparentemente no pueden ser modificadas, pero que pueden cambiar de rol de acuerdo a cómo se nutren las raíces.
Ascendiendo en el tronco, los Antecedentes, Detonantes y Mediadores, determinan el funcionamiento de los diferentes órganos y sistemas, los cuales se organizan en siete nudos fisiológicos según su tarea: La asimilación; la defensa y reparación; la consecución de energía; la biotransformación y la eliminación; la comunicación; el transporte; y la integridad estructural. Las diferentes fallas acumuladas en cada uno de estos nudos, llevan a las primeras ramificaciones del árbol: Los síntomas y los signos.
En la medida en la cual las ramificaciones aumentan, el médico busca agruparlas en síndromes clínicos, según el lugar del cuerpo que afecten o las combinaciones que muestren. Por ejemplo, si se va por la rama renal, los diagnósticos serán referidos al riñón y deberán ser manejados por un nefrólogo, mientras que si es por la rama cardiaca será el cardiólogo y así sucesivamente hasta completar una larga lista de diagnósticos y especialidades según la rama del árbol.
El Médico Funcional está entrenado para buscar las raíces, entender cada uno de los factores que afectaron la base oculta del árbol y que ponen en riesgo su integridad total, y para revisar minuciosamente su tronco y encontrar si algo en el camino a la hoja está haciendo que se marchite. Más allá de mirar las hojas secas en la copa del árbol, buscar las debilidades en el suelo permite a la Medicina Funcional hacer un abordaje de las causas de la enfermedad y ofrecer la regresión de los síntomas en la copa. De la misma manera que una planta reverdece cuando se abona adecuadamente.